El que mira hacia adentro despierta…

El coraje no es la ausencia de miedo.
Es actuar a pesar del miedo.
Es creer en uno mismo.

Liderarnos a nosotros mismos es también un acto de sanación.
Significa abrazar quienes somos, reconocer nuestras heridas y trabajar en ellas para crecer —y desde ahí— impactar a otros.

Inclínate hacia lo que ya haces bien.
Aquello que hace vibrar tu corazón. Hazlo con frecuencia: durante la semana, en el mes, a lo largo del año.
Eso es lo que te dará felicidad y bienestar duradero.

Cuestiónalo todo.
Lo que haces, lo que dices, lo que piensas.
Es la única forma de mantener el ego en su lugar y mantenernos aprendices de la vida, siempre.

Como dice la Biblia:
"No te apoyes en tu propia prudencia; confía en el Señor con todo tu corazón."
La conexión espiritual puede darte el equilibrio que tanto necesitas.

No te aferres a tus logros, a tu cargo, a tu carro, a tus bienes o al lugar donde vives.
Un día todo eso puede desaparecer, y solo quedarás tú contigo mismo.
Ahí es donde se revela quién eres realmente.

Con amor Ochi.

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